Distracción…

Cualquiera de las frases espirituales y reflexivas que se comparten a miles cada día en las redes sociales con la idea de iluminar caminos y consciencias, cualquiera de ellas, insisto, daría para guiar mil vidas, si le diéramos la oportunidad de ponerla en práctica, si le diéramos la oportunidad de germinar y dar fruto… Si no tuviéramos urgencia por sentirnos iluminados y ser conscientes… Si no nos distrajéramos con las siguientes frases…

La distracción no entiende de iluminaciones, de caminos espirituales o de consciencia, así uno puede distraerse viendo la tele, leyendo la prensa, ocupándose en temas banales, tanto como acumulando conocimientos espirituales, siguiendo a los maestros, asistiendo a seminarios y talleres o practicando complicadas técnicas conscientes para sentirse más seguro, más entrenado, más preparado… La distracción no distingue sea cual sea el objeto de nuestra distracción… Tan solo nos distrae, el objeto lo ponemos nosotros…

Y es que la vida siempre se nos presenta incierta, con una nueva lección, con un nuevo momento, para el que habrá que encontrar nuevos recursos, descubrir nuevas habilidades, variar las ya viejas fórmulas que nuestra mente conoce, abandonar todo conocimiento, sentirse vulnerable hasta el tuétano de los huesos… porque, al borde del precipicio, ante la oscuridad profunda o cegados por la luz de lo inexplicable, solo cabe buscar el valor ancestral y místico en lo más profundo de nosotros para seguir avanzando… para poder dar ese nuevo paso nunca antes dado, para dejarse llevar por esa nueva corriente nunca antes sentida y transitar por lugares nunca antes vistos con la única misión de permanecer absolutamente frágiles y rendidos, absolutamente confiados y capaces, como un recién nacido… ¿Has visto alguna vez nacer a alguien? O como un moribundo… ¿Has visto alguna vez morir a alguien?

Por eso, entre tanta seriedad y tanto miedo, tantas ansias de saber, tanto anhelo, tanto deseo, tantas creencias y tantas ganas de hacerlo bien y de encontrar el momento adecuado para todo, es bueno dejarse llevar y bailar cuando suene la música, dejarse acariciar por la luz del sol cuando este aparece, disfrutar de los amantes que la vida nos ponga delante, amar a quienes tenemos al lado y dejar el control para quien quiera que sea que le corresponde…

Al fin y al cabo la responsabilidad de hacer de nuestra vida algo único es solo nuestra, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestras acciones… Por eso es muy importante tomar consciencia de nuestras distracciones y volver nuestra atención a lo esencial.

Puedes vivir una vida más o vivir TU VIDA… ¿Tu que eliges?

¿Quién quiere ser maestro…?

Mi mente me dice:
Sabemos mucho… ¡Es el momento de celebrar el triunfo! Hemos visto muchas cosas, hemos leído, hemos estudiado, hemos viajado, tenemos experiencia, conocimientos, conocemos atajos para hacer las cosas más rápido, somos cautos, responsables y previsores.
Y mira a tu alrededor… Lo logramos. Nos respetan, algunos nos admiran y tienen en cuenta lo que decimos. Tenemos buena posición, hijos modélicos, propiedades, un prestigio ganado a pulso y el futuro asegurado. Nada nos sorprende ya y venimos de vuelta de todo. Es el momento de hacerse valer… Es el momento de enseñar todo lo que sé.
Sin duda, somos maestros, un ejemplo y nuestro deber es guiar y enseñar.

Mi alma me dice:
¡Sabemos tan poco!… ¡Hemos vivido tan alejados uno del otro! Siempre ocupado en hacer cosas y más cosas, explorado los límites de la condición humana, sin prestar atención a la esencia.
Me he esforzado por hacerme oír… pero siempre elegiste otras voces, más altaneras, más melodiosas, más seductoras o más imperiosas. Siempre guiado por el deseo y el miedo…
Y con todo, es cierto… Lo conseguimos… Entre el ajetreo infernal de todos los días encontramos tiempo para, aunque fuera desde la ventanilla del coche en marcha, reparar en la presencia de la luna llena o incluso alguna vez a mitad de una “importante reunión”, disfrutamos de un fugaz momento de intimidad y recordamos con ternura momentos vividos con amor, momentos que nos conmovieron, incluso en alguna noche solitaria se nos escapó una certeza de la presencia divina… Pero eso ocurría siempre de un modo fugaz, casi casual, prácticamente inconsciente. ¿Entiendes inconsciente? Es cuando no te das cuenta de lo que pasa y de lo que tú tienes que ver en ello… Y mientras, la vida ha ido pasando y no hay nada más que lo que hemos sido capaces de ver…
Es el momento de la humildad… Es el momento de dejar que la vida nos sorprenda. Y hoy, es un día aun por vivir…

¡Hemos visto tantas cosas!… Las suficientes para saber que aún no hemos visto nada… Así que, dime, ¿quién quiere ser maestro con todo lo que hay por aprender?… ¿quién quiere ser maestro de nada quedándonos tanto por vivir?…

PUNTO DE EQUILIBRIO

El punto de equilibrio es justo ese momento en que lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos van en la misma dirección. Es el punto mágico en el que el alma toma el mando y mente, emociones, energía y cuerpo van con ella, fieles en el cumplimiento de su propósito.

Es el momento en el que tomamos conciencia íntimamente de nuestra propia divinidad. Y sentimos en lo más profundo el amor universal, la compasión, la fe y todos esos estados que durante mucho tiempo solo eran conceptos y anhelos.

Es el momento en el que afrontamos sin miedo todo aquello que la vida nos pone delante en el convencimiento de que ESE ES NUESTRO CAMINO… Que no podría ser de otra manera… Y que siempre encontraremos lo necesario para cumplir con el propósito de nuestra verdadera vida.

Es el momento en que nuestras cualidades muestran su cara más amable y su extraordinaria fuerza. Aparecen la humildad, la honestidad, la bondad, la voluntad de servir, la constancia, la tolerancia, la paciencia, la acción desde el corazón y todas aquellas otras que creíamos no tener. Y no nos sorprende, porque ya somos conscientes de que los milagros son una parte fundamental de la Vida…

Y todo empieza con un pequeño paso… Un primer paso, un paso valiente en la dirección correcta, en dirección a la incertidumbre… Sin miedo, sin expectativas, sin dudas. Un primer paso y luego otro y siempre es un primer paso. Por más pasos que des, siempre es el primero y siempre te llevan a renovar tu compromiso y tu fe en que eres capaz de cumplir con el propósito, aun no sabiendo cual es.
Y mientras tu concentras toda tu atención en este paso de hoy, de ahora, la vida te lleva raudo, a la velocidad del alma, más allá de la distancia o del tiempo, en la dirección exacta de TU DESTINO.

FELIZ MOMENTO